María Dolores Martínez | elpueblodealbacete.com | Sábado, 27 de abril de 2013
Las IV Jornadas de Represión Franquista en Villarrobledo, bajo el título “Memoria y dignidad al cubo”, contaron con distintas ponencias, desarrolladas por expertos en la materia. En las mismas se contaba con la presencia de Fernando Romero, escritor e historiador, Cecilio Gordillo, experto sobre represión en bando de guerra, Máximo Molina, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Cuenca y otros expertos en el tema, además de algunos familiares de las víctimas. Las jornadas se iniciaron a las 12 de la mañana, con la intervención de Máximo Molina, presidente de ARMH Cuenca, quien dio paso a la charla "La masacre de Villarrobledo: represión de bando de guerra en 1939", a cargo de Fernando Romero, y el propio Molina. En la charla se habló de la represión inicial, en los primeros momentos de la Guerra Civil, con los paseos y asesinatos en las cunetas y cruces de caminos, abordando el caso de Villarrobledo, que según Máximo Molina, fue excepcional en España, “porque ese mismo tipo de represión se mantuvo después de la guerra, en el año 39”.
Tras esto, los asistentes acudieron a visitar el monumento en memoria a los represaliados en Villarrobledo, situado en las afueras del cementerio, en el aparcamiento del recinto ferial, justo encima de una fosa común, y en el que aparecen los nombres de 312 personas víctimas de la represión franquista en Villarrobledo. Durante la jornada de tarde se desarrolló la charla "Políticas de Memoria", a cargo de Cecilio Gordillo, coordinador del grupo de trabajo "Recuperando la memoria de la historia social en Andalucía", a lo que siguió un recital de poesía republicana. La estructura de las jornadas es multidisciplinar, abordando el asunto desde la vertiente de la Historia, Sociología, Arqueología, y Asociacionismo de derechos humanos.
Máximo Molina, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Cuenca, explica que la finalidad de esta actividad es generar un espacio de debate abierto y público, donde hablar de memoria histórica, desde distintos aspectos, “invitando a la ciudadanía a venir y mirarle a la cara a la memoria histórica, porque es parte de la historia de todos, y con ello generar un debate”. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Cuenca ha venido realizando trabajos de prospección en los terrenos que ocupa el aparcamiento del recinto ferial, y otros anexos, frente al Cementerio Municipal, y que han sido identificados como los puntos exactos de los dos barreros, en los que fueron enterradas decenas de personas en abril de 1939. Esta iniciativa, nació por expreso deseo de 25 familiares de desaparecidos y asesinados durante la Guerra Civil y el franquismo, que tratan de recuperar sus restos para darles un entierro digno.
Máximo Molina señala que desde la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Cuenca se sigue investigando, aunque es difícil determinar las personas que fueron arrojadas a los barreros, contando con datos de 72 de ellas, por lo que siguen investigando, ya que según fuentes locales, esa cifra podría rondar las 88 personas. Molina matiza que esa labor de investigación es muy difícil, dado que la gente tiene un cercamiento poco natural a este tema, ante el asesinato de sus familiares y la violación sistemática de sus derechos, durante muchos años, o que hace que el miedo sea una cuestión que aún sigue imperando, de ahí que considera tan importante actos como estas jornadas para que laso ciudadanos vean que las cosas se pueden hacer con normalidad, de manera democrática, y que no pasa absolutamente nada”.
Las IV Jornadas de Represión Franquista en Villarrobledo, bajo el título “Memoria y dignidad al cubo”, contaron con distintas ponencias, desarrolladas por expertos en la materia. En las mismas se contaba con la presencia de Fernando Romero, escritor e historiador, Cecilio Gordillo, experto sobre represión en bando de guerra, Máximo Molina, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Cuenca y otros expertos en el tema, además de algunos familiares de las víctimas. Las jornadas se iniciaron a las 12 de la mañana, con la intervención de Máximo Molina, presidente de ARMH Cuenca, quien dio paso a la charla "La masacre de Villarrobledo: represión de bando de guerra en 1939", a cargo de Fernando Romero, y el propio Molina. En la charla se habló de la represión inicial, en los primeros momentos de la Guerra Civil, con los paseos y asesinatos en las cunetas y cruces de caminos, abordando el caso de Villarrobledo, que según Máximo Molina, fue excepcional en España, “porque ese mismo tipo de represión se mantuvo después de la guerra, en el año 39”.
Tras esto, los asistentes acudieron a visitar el monumento en memoria a los represaliados en Villarrobledo, situado en las afueras del cementerio, en el aparcamiento del recinto ferial, justo encima de una fosa común, y en el que aparecen los nombres de 312 personas víctimas de la represión franquista en Villarrobledo. Durante la jornada de tarde se desarrolló la charla "Políticas de Memoria", a cargo de Cecilio Gordillo, coordinador del grupo de trabajo "Recuperando la memoria de la historia social en Andalucía", a lo que siguió un recital de poesía republicana. La estructura de las jornadas es multidisciplinar, abordando el asunto desde la vertiente de la Historia, Sociología, Arqueología, y Asociacionismo de derechos humanos.
Máximo Molina, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Cuenca, explica que la finalidad de esta actividad es generar un espacio de debate abierto y público, donde hablar de memoria histórica, desde distintos aspectos, “invitando a la ciudadanía a venir y mirarle a la cara a la memoria histórica, porque es parte de la historia de todos, y con ello generar un debate”. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Cuenca ha venido realizando trabajos de prospección en los terrenos que ocupa el aparcamiento del recinto ferial, y otros anexos, frente al Cementerio Municipal, y que han sido identificados como los puntos exactos de los dos barreros, en los que fueron enterradas decenas de personas en abril de 1939. Esta iniciativa, nació por expreso deseo de 25 familiares de desaparecidos y asesinados durante la Guerra Civil y el franquismo, que tratan de recuperar sus restos para darles un entierro digno.
Máximo Molina señala que desde la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Cuenca se sigue investigando, aunque es difícil determinar las personas que fueron arrojadas a los barreros, contando con datos de 72 de ellas, por lo que siguen investigando, ya que según fuentes locales, esa cifra podría rondar las 88 personas. Molina matiza que esa labor de investigación es muy difícil, dado que la gente tiene un cercamiento poco natural a este tema, ante el asesinato de sus familiares y la violación sistemática de sus derechos, durante muchos años, o que hace que el miedo sea una cuestión que aún sigue imperando, de ahí que considera tan importante actos como estas jornadas para que laso ciudadanos vean que las cosas se pueden hacer con normalidad, de manera democrática, y que no pasa absolutamente nada”.
Tras esto, los asistentes acudieron a visitar el monumento en memoria a los represaliados en Villarrobledo, situado en las afueras del cementerio, en el aparcamiento del recinto ferial, justo encima de una fosa común, y en el que aparecen los nombres de 312 personas víctimas de la represión franquista en Villarrobledo. Durante la jornada de tarde se desarrolló la charla "Políticas de Memoria", a cargo de Cecilio Gordillo, coordinador del grupo de trabajo "Recuperando la memoria de la historia social en Andalucía", a lo que siguió un recital de poesía republicana. La estructura de las jornadas es multidisciplinar, abordando el asunto desde la vertiente de la Historia, Sociología, Arqueología, y Asociacionismo de derechos humanos.
Máximo Molina, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Cuenca, explica que la finalidad de esta actividad es generar un espacio de debate abierto y público, donde hablar de memoria histórica, desde distintos aspectos, “invitando a la ciudadanía a venir y mirarle a la cara a la memoria histórica, porque es parte de la historia de todos, y con ello generar un debate”. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Cuenca ha venido realizando trabajos de prospección en los terrenos que ocupa el aparcamiento del recinto ferial, y otros anexos, frente al Cementerio Municipal, y que han sido identificados como los puntos exactos de los dos barreros, en los que fueron enterradas decenas de personas en abril de 1939. Esta iniciativa, nació por expreso deseo de 25 familiares de desaparecidos y asesinados durante la Guerra Civil y el franquismo, que tratan de recuperar sus restos para darles un entierro digno.
Máximo Molina señala que desde la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Cuenca se sigue investigando, aunque es difícil determinar las personas que fueron arrojadas a los barreros, contando con datos de 72 de ellas, por lo que siguen investigando, ya que según fuentes locales, esa cifra podría rondar las 88 personas. Molina matiza que esa labor de investigación es muy difícil, dado que la gente tiene un cercamiento poco natural a este tema, ante el asesinato de sus familiares y la violación sistemática de sus derechos, durante muchos años, o que hace que el miedo sea una cuestión que aún sigue imperando, de ahí que considera tan importante actos como estas jornadas para que laso ciudadanos vean que las cosas se pueden hacer con normalidad, de manera democrática, y que no pasa absolutamente nada”.